Hotel Calasanz

La atención

Buena ubicación. Habitación amplia. Camas cómodas. Personal muy amable. Estupenda relación calidad-precio

El cuarto de baño es demasiado estrecho. La ducha está muy bien, pero la distancia entre la pared y la taza es tan corta que sentado te chocan las rodillas. Lo mismo se puede decir del parking: es tan estrecho que se requieren muchas maniobras (muuuuchas...) para poder aparcar el coche. La iluminación exterior a base de tubos de neón de colores no es la apropiada para un hotel (de este tipo). Además las habitaciones no tienen persianas y las cortinas dejaban pasar luz de colores

El restaurante se nota que es de una alta calidad, con producto de cercanía y bien tratado, la cama era cómoda y la habitación más amplia de lo que esperaba.

La almohada es de una sola pieza, pero tienes un cojín también, hay que tener cuidado con la tarjeta de la habitación para que no se desconfigure con el movil, pero te avisan al llegar.

Nada, servicio pésimo, tarjetas de entrada no funcionan, lavabo sin extractor, ducha con agua caliente después de 10 minutos abierto el grifo. Lavamanos prácticamente sin encimera, claustrofóbico. O sea, si es para un hombre, no pasa nada, se apaña con espuma de afeitar y un peine como mucho. Pero si es una mujer, que viene para un evento importante oficial y necesita maquillarse y usar herramientas de peluquería…. Vaya. El único sitio donde se puede poner el maletín de maquillaje es encima del bidé. De hecho, un artefacto aparatoso, sin utilidad. Hace tiempo que se ponen grifos del bidé. Mucho más pragmáticos. Colchones de la cama…. Buff. Hundidos y con muelles que se clavan en la espalda. El encanto del Mobiliario antiguo, con elementos de herramientas de antaño, como son trillos se desvanece con un olor penetrante empalagoso de ambientador. Y, cuadros macabros de un artista perturbado maniaco. Eso si, garaje es aparte y son 20€/dia. Para ser pueblo como es Molins…. Vaya Y por ultimo, pinturas en la habitación…. Creo que son del mismo entusiasta perturbado que no salió de sus fantasías maquiavélicas infantiles. No es recomendable para nada.